Unas ideas para «Aftersun»
La película es un despliegue de sutilezas. Lo que me pregunto es ¿por qué me molestaron los saltos al presente y el final?
La película es un despliegue de sutilezas. Lo que me pregunto es ¿por qué me molestaron los saltos al presente y el final?
Si la estética Hollywood es el modo arquetípico de vincularnos, ¿de qué otros modos podemos vivir y filmar? ¿De qué otros modos podemos relacionarnos?
La narración no fuerza a su personaje a sentir una sola cosa, y eso permite al actor vibrar.
Si la intención fue transmitir un mensaje de urgencia ecológica, ¿era necesaria la polarización buenos-y-malos?
¿Nadie, en ningún momento de los diez años de labor, sintió un mínimo desprecio por nadie? ¿No hubo ni una mínima discusión?
¿Quién podría querer que Nicole Kidman pierda la tenencia de sus niños en la temporada 2 de «Big little lies»?
El mismo gesto de intentar verse inteligente, sagaz y divertida es el que la revela vulnerable, necesitada y rota.
Si la narración busca hacernos sentir lo que siente él en sus momentos de confusión, la pregunta es ¿lo logra?
Imaginemos qué pasaría si todos los personajes fueran como Dustin y abrazaran a los pequeños monstruos.
La venganza es casi un género narrativo. Muchas narraciones se estructuran sobre esa búsqueda del equilibrio manifestada por la devolución del golpe.
Las experiencias (las estéticas, las otras) nos llegan empaquetadas en lo que llamamos géneros y sub-géneros. La etiqueta clasificadora nos dice qué esperar, nos prepara para reír o para llorar —o para reír y llorar.